Esta semana se ha celebrado en Zaragoza la tercera asamblea general del colectivo, en la que se ha debatido sobre la reforma registral que supone un cambio radical de modelo. Los registradores, disconformes con el borrador que maneja el Ministerio, han salido victoriosos.
Los registradores no quieren el Registro Civil. Esa es la conclusión que, por mayoría absoluta, ha resultado tras tres días de ponencias, debate y votaciones en la capital aragonesa.
La asamblea, que fue planteada como un pulso de los registradores de base a la junta de gobierno del Colegio Nacional que los representa, ha culminado con la victoria por mayoría de los primeros que han hecho tangible en votos lo que hasta ahora era un movimiento disidente interno.
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